Agentes patógenos e importancia de la vacunación

La entrada y desarrollo de gérmenes en el organismo se conoce como infección. Una infección no es una enfermedad, pero puede conducir a ella. Cuando un agente patógeno intenta ingresar al cuerpo se encuentra con barreras que se encargan de impedir su paso.

Estas barreras son conocidas como defensas y pueden ser de dos tipos; inespecíficas, como la piel, el sudor, los ácidos grasos, los jugos digestivos, la saliva, y específicas, que son las que fabrican anticuerpos y son capaces de reconocer y destruir estos agentes. La capacidad que tiene el organismo humano para resistir se llama inmunidad y varía según los factores ambientales, la edad y la alimentación, además de otras. Para evitar posibles enfermedades y lograr que el sistema inmunitario esté activo existe la vacunación. Las vacunas son preparados que están compuestos por agentes patógenos en estado inactivo o muerto, al aplicarlas generan el anticuerpo correspondiente a ese agente y así se evita contraer esa enfermedad.

¿Cuáles son estos agentes patógenos?

Nos referimos a virus y microorganismos –como bacterias- que son capaces de producir infecciones y enfermedades, tienen la capacidad de reproducirse dentro del organismo y destruir las células que infectan.
Hay vacunas cuya aplicación es obligatoria, tal es el caso de la vacuna contra la tuberculosis, hepatitis B, rubeola, difteria, o tétano.
Cabe aclarar que no todas las bacterias existentes son maléficas para el hombre, algunas, como la flora intestinal, son beneficiosas y ayudan a mantener el equilibrio. Y otras si bien son perjudiciales pueden ser tratadas con antibióticos que impidan su desarrollo.

¿Cómo se transmiten?

Un agente infeccioso puede encontrarse en el aire, el suelo, el agua o los seres vivos. Se transmiten de persona a persona, mediante el intercambio de fluidos y a través de gotas de saliva como tos o estornudos, mediante el aire, objetos contaminados o por medio de animales.

¿Cómo prevenir enfermedades?

La higiene es una de las claves para prevenir enfermedades transmitidas por estos agentes. La limpieza del hogar, una correcta manipulación de los alimentos, el aseo personal diario y evitar el contacto con la basura o animales que hayan estado expuestos a condiciones insalubres son medidas de prevención de gran ayuda. El ser humano no vive aislado y es posible que en casi toda su vida se encuentre en contacto con objetos o lugares que son vías de virus, microbios y agentes patógenos. Los riesgos siempre existen, pero se pueden reducir mediante el cuidado, una alimentación variada que ayude a reforzar las defensas y la vacunación, que en muchos casos se aplica de manera obligatoria en la niñez y en innumerables centros de salud es gratuita.

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