El alcohol, ese famoso que da tanto de que hablar

El alcohol siempre se encuentra presente en la vida del ser humano, un rato con amigos, un momento especial, ganas de divertirse o quizás una fecha de aniversario son algunas de las infinitas ocasiones en las cuales atinamos a destapar una botella. Pero ¿es malo el alcohol?

Es malo si se abusa de su consumo, cuando de un brindis o el acompañamiento de una cena pasa a ser la causa de mareos, vómitos, debilidad, pérdida de conocimiento y una larga lista de síntomas que no son para nada favorables.

La costumbre de tomar y tomar, muchas veces hasta no poder más, no solo es perjudicial, sino que hace creer a la persona una gran mentira: que solo es una ocasión especial, que “sabiendo beber” está todo bajo control. Caer en el alcoholismo puede traer consecuencias muy grabes, pero la peor de ellas es la pérdida del respeto y los valores, ya que una persona en estado de ebriedad es capaz de hacer cualquier cosa, incluso atentar contra sí mismo.

Uno de los secretos para una vida plena es disfrutar, reírse, compartir, pero por sobre todo saber decir basta en el momento indicado.

El alcohol ya era utilizado antiguamente con múltiples fines, y a medida que pasan los años sus diferentes presentaciones y consumo aumentan. Vino, cerveza, vodka, champagne, whisky, ron y licores, entre los miles que existen, tienen diferente graduación alcohólica y de acuerdo a su marca, proceso de elaboración, composición, dulzor, calidad, tradición y sabor –además de precio- serán consumidos en abundancia en algunas culturas, preferidos más por una clase social que por otra y elegidos por muchos tantos más.

¿Cómo actúa el alcohol en el organismo?

Una vez ingerido y habiendo atravesado la garganta, el alcohol, pasa por el esófago, en el cual puede producir cierta inflamación y si se combina con el tabaco la reacción será peor aun. El estómago, al recibirlo en grandes cantidades, comienza a irritarse y en consecuencia a producir mucosidad y jugos gástricos, y si se bebe periódicamente es muy factible que se padezca de úlceras, gastritis o congestión. Mientras se encuentra en el estómago, el alcohol, llega de inmediato a la sangre ya que atraviesa de manera muy rápida los tejidos del cuerpo. Tiene como blanco preferido el sistema nervioso, en el cual ataca a las neuronas más importantes, por eso es que bajo sus efectos, el hombre se siente eufórico, capaz de hacerlo todo de una manera excelente y se anima hasta a conducir en estado de ebriedad o ve aumentado su deseo sexual. Pero al momento de actuar es imposible no notar debilidad e impotencia. Otro de los estragos que produce el alcohol en el organismo es arritmia e insuficiencia cardíaca, pues la sangre llega con poca frecuencia al corazón debido a que se concentra en las mejillas y en la piel. Para que desaparezca de la sangre, el hígado debe destruirlo transformándolo en otras sustancias, de esta forma podrá ser eliminado por el aliento o la orina.

Tanto en países desarrollados como en los que no lo son, el alcohol, ese antiguo y tan popular, trae problemas muy grabes de salud y afecta a gran parte de la población, produce accidentes, provoca cánceres y enfermedades crónicas como la cirrosis, ocasiona impotencia sexual, conduce a la violencia y a cometer imprudencias, crímenes y actos aberrantes. Esto debería ser algo para pensar y tener en cuenta, olvidar eso de “beber moderadamente” y recordar que cuanto MENOR sea el consumo de alcohol MEJOR estará nuestra salud.

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